3.9.12

EL LEGADO




Ha recorrido el tiempo, de vientre a vientre, se ha traspasado en los genes y ha llegado hasta nosotras, para ser quienes somos… también todos sus miedos, y sus silencios. Hemos sido mujeres de carne y hueso, pero fuertes. Si tenemos que tirar con nuestros hijos, lo hacemos, lo hemos hecho. Libramos nuestra batalla con el miedo. No ha sido fácil. Hemos luchado con nuestro enemigo interno, con el de ellas, con el temor acumulado tras muchas generaciones de mujeres valientes y audaces. Mujeres solas, que no querían estarlo. Carentes de caricias y ávidas del disfrute de sus cuerpos. Pensamos que la vida se vive una vez y que solo a nosotras nos pertenece. La hemos defendido, para no terminar como el mortero: roto, desfondado y decorando una cocina como el mejor fin que podría tener.

Pero somos hijas de nuestros ancestros. Una tremenda soledad nos invade y nos debilita, a veces, en forma de miedo. Mirando para afuera, no hacia adentro, se nos va la vida en amores imposibles, eligiendo terrenos resbaladizos en nuestras relaciones. Amando demasiado, como forma de sentir que somos necesitadas. Buscando hombres que nos digan cuanto valemos como si nuestra opinión no contara. Relacionándonos a menudo de forma enfermiza y destructiva. Nada ha sido fácil.

Lo que si hemos hecho es decidir no continuar a la espera. Con tremendo esfuerzo hemos tomado la iniciativa, arrastrando a veces con la duda, creyendo que no era nuestro derecho, pensando que quizá nos estábamos equivocando… pero por fin  lo hicimos, y al hacernos cargo de nosotras, hemos renunciado a ser víctimas. Aprendimos a disponer de lo nuestro, a romper ataduras y a abandonar la culpa...



No hay comentarios:

Publicar un comentario